Actualmente se emplea el PIB para medir el crecimiento económico de un país y que permite hacer comparaciones entre países. Sin embargo, este indicador no considera aspectos de gran influencia en el desarrollo, como es el impacto de nuevas tecnologías no solo en el crecimiento sino también en el aspecto humano, ni tampoco tiene en cuenta las externalidades, es decir aquellos aspectos y actividades que influyen en el crecimiento de manera positiva o negativa, pero que no tienen valor de mercado, como por ejemplo la merma constante en el capital natural de un país producida por la extracción de petróleo o gas, o el daño ecológico que provocan ciertas industrias, como por ejemplo la industria maderera, o la excesiva pesca en el litoral marítimo, o el empobrecimiento de la tierra debido a la agricultura intensa, etc.

Nuestro modesto enfoque tiende a considerar la mayor cantidad posibles de variables que intervienen en el progreso o en el retroceso de un país, desde el punto de vista económico, social (incluyendo salud, educación y vivienda, etc.), ambiental y de sostenibilidad. Para ello, el sistema propuesto trabaja con una serie de indicadores de las Naciones Unidas y de otras instituciones y su evaluación está sujeta a criterios relacionados con los aspectos mencionados. Lo que interesa es determinar una expresión matemática simple que considere la mayor parte de los indicadores, cualesquiera sea su número, y afectados de un coeficiente que indique la contribución o importancia de cada indicador, y en nuestro caso, la suma de los productos de cada indicador por su coeficiente, nos da un número que denominamos CIMCE (Composite Indicator to Measure Country Evolution). Determinar un indicador compuesto no es un concepto nuevo ya que existen varios intentos de diseñar un indicador compuesto, sin embargo entendemos que lo que es novedoso es la aplicación de la Programación Matemática para su determinación. El indicador que se propone mide la variación porcentual del índice CIMCE entre el presente y una fecha anterior y la solución hallada, o sea los valores de los coeficientes y los correspondientes indicadores seleccionados, responden a una solución de acuerdo al criterio de Pareto, pero que lógicamente depende de los valores que se le suministran al modelo, la mayoría proveniente o bien de fuentes objetivas y estadísticas, o de encuestas realizadas por la OECD, Banco Mundial, UNDP, etc.